El dolor de espalda producido por el sobrepeso es  muy común en los pacientes con esta patología.  Uno de los factores de riesgo que agravan la salud de nuestra espalda es el exceso de peso. La estructura músculo esquelética sufre una carga adicional y hace que su funcionamiento no sea el correcto, causando sobreesfuerzo e incluso su deterioro.
Si la carga de las estructuras de la columna es mayor, provoca que el disco intervertebral acelere su desgaste, incremente el riesgo de deformarse e incluso de romperse. Si este sobrepeso se mantiene a lo largo del tiempo favorece que los episodios de dolor sean más frecuentes e incluso hace que puedan volverse crónicos.
Otro factor que influye en el dolor de espalda es el sedentarismo, en este caso provoca que la musculatura esté poco desarrollada y debido

a esa falta de fuerza muscular sea incapaz de aguantar posturas y movimientos, debido al esfuerzo al que se someten los músculos se facilita la formación de contracturas.
PREVENCION
Para prevenir el dolor de espalda y las posibles complicaciones lo principal y más importante sería bajar de peso. Este seguimiento siempre se ha de realizar con un nutricionista o endocrino para evitar las dietas poco saludables.
Es importante adquirir hábitos posturales y un estilo de vida adecuado como medida de prevención del dolor.

  • No permanecer en una misma postura (de pie, sentados, acostados…) durante largos periodos de tiempo, siempre se ha de alternar con otras posturas o actividades.
  • Hay que intercalar pequeños descansos en las tareas que realicemos, así permitiremos que la musculatura se relaje.
  • Adaptar el entorno a nuestras necesidades: la altura de la silla, la iluminación de la habitación o la eliminación de obstáculos que dificulten la realización de la tarea.

Está demostrado que el ejercicio es muy eficaz para tratar y prevenir el dolor de espalda  ya que aporta una musculatura con mejor tono y con una fuerza adecuada.
Hay actividades especialmente recomendables para el cuidado de la espalda como son caminar, natación, pilates y yoga.

TRATAMIENTO
Una vez que el dolor ya haya aparecido el tratamiento fisioterápico se ha de adaptar al tipo de lesión. El fisioterapia puede aplicar diversas terapias:

  • Termoterapia: usando el calor de forma terapéutica seremos capaces de relajar la musculatura afectada.
  • Electroterapia: con ella conseguimos por una parte la disminución del dolor por su efecto analgésico y por otra parte nos ayuda a potenciar la musculatura debilitada.
  • Cinesiterapia: se trata de realizar tablas de ejercicios cuyo objetivo es corregir la postura y potenciar la musculatura. Es muy importante no solo fortalecer la musculatura de la espalda, sino que también se ha de fortalecer la musculatura abdominal y la glútea.
  • Masaje: ayuda a relajar la musculatura, flexibiliza los tejidos, mejora la circulación del área de tratamiento. Estimula al músculo, ayuda a disminuir las contracturas y a recuperar la fuerza muscular.

Uno de los errores más comunes frente al dolor de espalda es guardar reposo. Este nos lleva a limitar la actividad y hace que la musculatura se debilite, con lo que favorecemos que se produzca más dolor.
En resumen, mantener un peso adecuado acompañado de la realización de ejercicio físico y una correcta higiene postural es fundamental para el cuidado de la espalda.

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