Si hay un alimento adorado y temido a partes iguales es, sin duda, el chocolate. Recurrimos a él tanto para festejar momentos buenos como para sobrellevar los que no lo son tanto. Sin embargo, no todo lo que parece chocolate lo es ni todos tienen las mismas propiedades a nivel nutricional.
El chocolate procede del cacao que, a su vez, proviene de la planta Theobroma cacao originaria del sur y centro de América. A España llegó tras el descubrimiento de América y al principio no causó furor ya que se preparaba mezclándolo con agua y diferentes especias como la pimienta, lo que le daba un sabor demasiado intenso. No fue hasta años después cuando los jesuitas empezaron a combinarlo con ingredientes más dulces como la miel, el azúcar o diversos frutos secos y el chocolate se abrió paso en la dieta habitual de las gentes más pudientes de la sociedad.
En esta primera época, el chocolate tan sólo se consumía líquido, pero con el desarrollo de la industria pudieron ir apareciendo el chocolate en tableta o en polvo, el chocolate con leche o el de cobertura tan consumidos a día de hoy.
Por tanto, el chocolate no es más que el resultado de la mezcla de polvo y manteca de cacao con azúcar y, opcionalmente, otros ingredientes como frutas, frutos secos o leche. En función de la proporción en que éstos aparezcan, tendremos unos chocolates u otros:
- Chocolate negro: Está constituido por cacao en un porcentaje superior al 35%, un mínimo de 18% de manteca de cacao y azúcar.
- Chocolate con leche: Contiene entre un 20-25% de cacao y entre un 14-20% de leche o derivados lácteos.
- Chocolate blanco: Para pertenecer a este grupo debe tener al menos un 20% de manteca de cacao y un 14% de leche o derivados lácteos.
- Chocolate de cobertura: Tiene al menos un 31% de manteca de cacao.Para ello, lo más importante es que nos fijemos en el porcentaje de cacao.
El cacao tiene múltiples beneficios derivados de su alto contenido en fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes como los polifenoles. Entre ellas, es anticoagulante, antioxidante, estimulante y saciante. Sin embargo, no todos los chocolates tienen las mismas ventajas por lo que es fundamental que si queremos disfrutar de ellas, elijamos un chocolate de calidad.
Para ello, lo más importante es que nos fijemos en el porcentaje de cacao. Cuanto más alto sea, mejor será el chocolate y más podremos beneficiarnos de sus ventajas. En este sentido hay que destacar que el hecho de que un chocolate sea negro no significa que su contenido en cacao sea más alto o que sea más sano. Simplemente no llevará otros ingredientes como leche, frutos secos o harinas.