Hay alimentos ricos en sustancias que estimulan el cerebro de la misma manera que lo hacen las drogas, pudiendo crear adicciones con el tiempo. ¿Cuándo el hambre como necesidad biológica pasa a convertirse en una adicción?
El otro día hablábamos de las personas que tienen problemas de adicción a la comida, pero es que hay comidas que nos enganchan, alimentos a los que no podemos resistirnos y que nos apetecen a menudo, como es el caso del chocolate, el queso, los dulces, las hamburguesas… etc.
Muchas veces, cuando ingerimos estos alimentos, nos sentimos culpables por haber roto nuestra fuerza de voluntad, pero hay una explicación médica para esta reacción: son alimentos que estimulan los centros cerebrales del placer mediante distintas sustancias químicas, que nos proporcionan sensaciones de bienestar de la misma manera que lo hacen las drogas. Esa es la causa por la que somos mucho más vulnerables a ellos cuando tenemos un mal día, mucho estrés o estamos bajos de moral.
Si consumimos estos alimentos adictivos con mucha frecuencia podemos entrar en un círculo vicioso en el que cuanto más alimentos de este tipo consumimos, mas placer se genera en el cuerpo y éste nos pide más alimentos adictivos para mantener esa sensación placentera. Esta es la forma en que las personas se vuelven adictos a los alimentos. Y las consecuencias de ello, son muy visibles… el aumento descontrolado de peso.
¿Qué es la adicción a la comida?
La adicción a la comida, es un problema que puede llegar a convertirse en una verdadera enfermedad. Se produce cuando aparece una obsesión por la comida, el peso y la imagen corporal. Es un problema similar al alcoholismo o la drogadicción, con la diferencia a que la adicción a estas sustancias se resuelve sin volver a probarlas nunca más, pero un adicto a los alimentos, no puede dejar de alimentarse, porque obviamente moriría y las tentaciones, están a la vuelta de la esquina.
Para evitar la adicción a los alimentos, hay que aprender a reconocer los alimentos más adictivos para evitar su consumo en grandes cantidades y seguir una alimentación sana y equilibrada que no nos lleve a tener carencias y evitar así las obsesiones relacionadas con la comida, pues este tipo de personas, puede desarrollar bulimia, anorexia, vigorexia, ortorexia o cualquier otro trastorno psicológico relacionado con los alimentos.
Los alimentos adictivos, se pueden consumir, pero con mucha moderación, para que nuestro organismo no se acostumbre a sentir el placer que nos producen de manera regular y después no los necesite de forma habitual para seguir sintiendo ese placer.
¿Cuáles son los alimentos más adictivos?
Los alimentos, principalmente las grasas y los azúcares refinados, cuando son digeridos, nuestro intestino segrega una serie de receptores que son neurotransmisores similares a algunos compuestos presentes en la marihuana que activan las neuronas del centro del placer del cerebro (nucleus accumbens). Ese proceso, desencadena una conducta glotona que nos hace ingerir grandes cantidades de ese alimento y que puede derivar en una dependencia de este tipo de alimentos por sobreexposición de estos receptores en los centros cerebrales del placer que nos invite a repetir su consumo en la búsqueda de esa sensación placentera.
Chocolate:
Tiene una gran cantidad de sustancias químicas que influyen en varios receptores neuronales. Son sustancias parecidas a los cannabinoides de la marihuana y compuestos de las anfetaminas. La principal acción es energizante y estimulante por su contenido en cafeína y teobromina, pero también calma la ansiedad por ser rico en hidratos de carbono y grasas vegetales. Además calma la depresión gracias a la feniletilamina que es una sustancia que provoca la misma sensación que en el enamoramiento.
Su consumo moderado, es muy beneficioso. Incluso hay estudios que han demostrado que tomando 38grs de chocolate negro al día, éste nos ayuda a adelgazar. Pero si nos damos grandes atracones de chocolate, podemos caer en una adicción al mismo.
Quesos y leche:
Después del chocolate, el queso es uno de los alimentos que más adictos produce.
En la leche materna, hay muchas sustancias con efectos psicológicos para el bebé lactante, algunas de ellas, le producen seguridad, sueño y un vínculo especial con la madre. Cuando vamos creciendo, a veces mantenemos la costumbre de tomarnos un vaso de leche antes de irnos a dormir. La razón de que nos produzca somnolencia está en la caseína, que es una proteína de la leche que al ser digerida produce unos péptidos de naturaleza opioide conocidos como casomorfinas que favorecen el sueño. En los quesos, la cantidad de caseína está mucho más concentrada.
En la adicción a los lácteos, también juega un importante papel su agradable sabor y la cantidad de variedades que hay en el mercado.
Añadir queso a todas las comidas o tener deseo de tomar queso, puede estar relacionado con la necesidad de cama y tranquilidad ante situaciones estresantes o cuando no podemos controlar nuestra ansiedad. Es por ello que los fabricantes de comida ofrecen variantes con queso de muchos de sus productos porque saben el “enganche” que le produce a algunas personas.
Café y té:
La cafeína y la teína, son estimulantes naturales para mantener una buena actividad. Muchas personas las consumen de manera habitual por las mañanas para que les ayude a despejarse. El problema es cuando no podemos parar de tomar café o té. Demasiada cafeína puede acarrearnos problemas físicos como ansiedad, alteraciones en el ritmo cardíaco, hipertensión… etc.
Patatas fritas de bolsa:
A casi todos nos pasa que cuando abrimos una bolsa de patatas, no podemos parar de comerlas hasta que está vacía. A estas patatas, les añaden aditivos industriales para mejorar su sabor y color. El más adictivo es el glutamato monosódico que nos incita a comer más y más.
¿Qué podemos hacer para prevenir las adicciones a la comida?
- Evitar saltarse comidas: de esta forma evitaremos tener ataques compulsivos de hambre que nos inciten a comer de forma descontrolada.
- Realizar ejercicio y practicar técnicas de relajación que permitirá controlar algún desequilibrio emocional que te incite a comer en exceso.
- Consume moderadamente alimentos adictivos: suprimirlos totalmente, sólo aumentará el deseo de consumirlos, pero controlar su ingesta, puede ser la mejor opción.
- Si padeces ansiedad acude a algún profesional de la salud que te ayude a utilizar las herramientas adecuadas para conseguir suprimir la ansiedad que muchas veces es la que te empuja a consumir este tipo de alimentos.
No existen alimentos buenos y malos, pero debes de analizar y corregir tus hábitos alimenticios.
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