El desayuno es una de las comidas más importantes, vamos a desvelarte cómo tiene que ser tu desayuno para perder peso.
La famosa frase: “desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”, aunque no lo parezca, encierra mucha sabiduría.
Cuando nos levantamos por la mañana, tenemos todo un día por delante en que gastaremos mucha energía, por lo tanto, nuestro desayuno debe proveernos toda esa energía que vamos a necesitar a lo largo de todo el día, o al menos de la mañana.
Gracias al descubrimiento de los ritmos circadianos de nuestro cuerpo, ahora sabemos que debemos adaptar nuestra alimentación al gasto calórico que vamos a tener a lo largo de nuestras actividades cotidianas, y si se quiere perder peso, se debe hacer un desayuno más contundente y la cena muy ligera. Puedes obtener más información en nuestro artículo: “Adelgazar: alimentación basada en los ritmos circadianos”.
Vamos a ver cómo puedes modificar tu desayuno para que te ayude a adelgazar.
Empieza el día con un buen desayuno.
En un buen desayuno no puede faltar, una buena cantidad de proteínas, fruta y carbohidratos complejos.
Proteína: puede provenir de un vaso de leche, queso fresco, jamón york, soja… pero procurar que todo lo que tomemos, sea bajo en grasas.
Fruta: podemos elegir aquellas que nos aporten fibra y tengan más efecto saciante. Tradicionalmente se toman naranjas en zumo en el desayuno, y es una buena opción, aunque de los cítricos el que más te ayuda a adelgazar es el pomelo ya que tiene un flavonoide que se ha demostrado que ayuda a quemar grasa de forma más efectiva para conseguir energía.
Carbohidratos complejos: son hidratos de carbono que se liberan de forma muy lenta en nuestro organismo, proporcionando energía de forma constante, ayudándonos a no pasar hambre durante la mañana. Pero tienen una función mucho más importante. Si no tomamos la cantidad suficiente de hidratos de carbono por las mañanas, por las tardes, tendremos la serotonina muy baja y sentiremos ansiedad por cosas dulces, que bajo ningún concepto debemos consumir por la noche, ya que es durante la noche cuando el organismo recurre a los depósitos de grasa para obtener energía, si no le hemos suministrado hidratos de carbono durante la cena, con lo que de esta forma, conseguiremos que el organismo recurra a la utilización de la grasa subcutánea.
Toma Té verde
Podrías sustituir el café por un yogurt, y obtener el efecto de la cafeína de la teína que contiene el té verde, que además según algunos estudios se ha demostrado que activa considerablemente el metabolismo, con lo que durante todo el día incrementarás la quema de calorías. Este incremento del gaso calórico se debe a sus propiedades termogénicas que elevarán un poco tu temperatura corporal y para ello el cuerpo tendrá que quemar grasas.
Combina fibras saludables libres de azúcar.
Puedes preparte tu propio muesli utilizando dos tazas de avena integral mezclada con frutos secos, semillas y azúcar moreno o miel mezclado con leche o yogurt que además de darte la cantidad de hidratos de carbono complejos necesaria, te aportarán fibra que tiene efectos saciantes.
Que no te falten las proteínas en el desayuno.
Son fundamentales en la dieta, y más aún si estás intentando perder peso.
Cuando a tu organismo no le das la cantidad diaria necesaria de proteínas, para obtener este componente indispensable para tu organismo, el cuerpo recurre a la utilización de tu propia masa muscular para su obtención, y es por eso que a veces, si se hace una dieta demasiado baja en proteínas, en vez de perder grasa, perdemos peso a costa de nuestra masa muscular, lo que hace que nuestro metabolismo se vuelva más lento.
El yogurt natural es una buena opción, pero también lo es la leche. El lácteo que más proteínas contiene con menor aporte calórico es el requesón bajo en calorías, que puedes tomarlo con un poco de miel y frutas o muesli, y ya tendrías todos los nutrientes que necesitas incluir en tu desayuno.
Sólo lácteos desnatados
Ten mucho cuidado de que los lácteos que tomes, sean desnatados. La leche entera tiene muchas calorías, unas 58 por cada 100 ml, pero un vaso de desayuno tiene unos 250 ml, lo que harían 145 calorías…. Sin embargo un vaso de leche desnatada, sólo tiene 80 calorías.