El tomar fósforo para la memoria es una creencia muy extendida. ¿Es un mito que el fósforo sea útil para aumentar nuestra capacidad de memorizar datos?
El déficit de fósforo, puede ocasionar problemas en el sistema nervioso central, pero un exceso de esté nutriente, no hará que el cerebro funcione al 200% de su capacidad. Por supuesto que es mejor tormarlo que no, pero no es un mineral mágico.
La memoria juega un papel decisivo en época de exámenes. Como cualquier otra estructura del cuerpo humano, su desarrollo y funcionamiento, dependen en gran medida de los aportes de nutrientes que recibe gracias a nuestra dieta. Es por ello, que es muy importante la elección de los alimentos y nutrientes que ingerimos. Entre ellos, el fósforo, es un elemento que según la cultura popular, ayuda a tener una buena memoria, pero ¿qué hay de cierto en ello?. ¿Es posible desarrollar un supercerebro ingiriendo grandes cantidades de fósforo?
¿Cuál es el origen del mito?
La nutrición es muy importante para el cerebro; no sólo para un correcto crecimiento y desarrollo, sino también para un adecuado mantenimiento. El ser humano es la especie animal con una mayor masa encefálica en proporción al cuerpo y también una corteza cerebral (que es la zona en la que se controlan las funciones que nos diferencian del resto de los animales como el lenguaje o el pensamiento abstracto) más gruesa que el resto de las especies. De todos los nutrientes que participan en el desarrollo y mantenimiento del sistema nervioso, el fósforo es el que más se conoce.
Esa relación entre fósforo y memoria, comenzó cuando se descubrió que la membrana de las neuronas, está formada por mielina, que es muy rica en esfingomielina (un lípido muy rico en fósforo). Entonces, el razonamiento fue: “si es rico en este nutriente, ingerirlo es bueno para el funcionamiento del órgano”
Pero hoy en día, no existe evidencia de relación entre este mineral y la capacidad cognitiva.
El fósforo, es indispensable para el buen funcionamiento de las neuronas, pero también para el del resto de las células del organismo ya que forma parte de la membrana celular, y además también está presente en los huesos o el material genético.
Fósforo en su justa medida.
Que un déficit de fósforo ocasione problemas en el sistema nervioso, no significa que si se ingiere en grandes cantidades suponga que nuestro coeficiente intelectual se incremente. Todo el fósforo que tomemos de más, no tendrá ninguna repercusión beneficiosa, por el contrario, puede ocasionarnos problemas.
Embarazo y Lactancia: dos etapas cruciales para alimentar el cerebro.
Hay diversos estudios que muestran que deficiencias en ciertos nutrientes en la alimentación de la madre, están relacionadas con el riesgo de que el bebé desarrolle una menor capacidad cognitiva e incluso problemas neurológicos. En este periodo resulta muy importante ingerir en una cantidad adecuada ácidos grasos esenciales, como el ácido fólico, por ejemplo, que provienen de aceites vegetales, alimentos vegetales oleosos (frutos secos) y algunos pescados.
Estos ácidos grasos son fundamentales para el funcionamiento de la membrana de las neuronas. Los pescados además son ricos en yodo, que durante el embarazo es muy importante para prevenir deficiencias en el desarrollo del sistema nervioso del bebé.
Por lo tanto, en los primeros meses de embarazo, es muy importante ingerir pescados blancos, sobre todo, pero hay que evitar los túnidos ya que tienen una alta concentración de mercurio, y concentraciones altas de este mineral podría influir de manera negativa en el desarrollo del bebé.
En los primeros meses de vida, cuando el crecimiento es tan extremadamente rápido, es evidente que el alimento ideal y exclusivo es la leche materna, que cubre todas sus necesidades. Por eso, la alimentación de la madre, debe ser rica en ácidos grasos esenciales y omega 3 además de yodo, para que la leche materna favorezca un adecuado desarrollo del sistema nervioso. Durante todo el crecimiento de un niño o niña, estos importantes nutrientes seguirán relacionados con el adecuado desarrollo físico y cognitivo.
Los nutrientes esenciales para el cerebro:
Los nutrientes esenciales para el cerebro
Los ácidos grasos esenciales, el omega 3 y el yodo, junto a otros nutrientes, resultan esenciales durante toda la vida para el normal funcionamiento del sistema nervioso. ¿Sabemos cuáles son? El Registro Europeo de Declaraciones de Propiedades Saludables de los Alimentos ofrece una lista de elementos cuyos efectos en el organismo han sido probado
s por la evidencia científica. Los relacionados con el cerebro son los siguientes:
- Fósforo: contribuye al funcionamiento normal de las membranas celulares.
- Ácido docosahexaenoico: contribuye a mantener el funcionamiento normal del cerebro.
- Yodo: contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y a la función cognitiva normal.
- Ácido pantotenico: contribuye al rendimiento intelectual normal.
- Biotina, tiamina, vitamina B6, vitamina C: contribuyen al funcionamiento normal del sistema nervioso y a una función psicológica normal.
- Ácido fólico: contribuye a una función psicológica normal.
- Calcio: contribuye al funcionamiento normal de la neurotransmisión.
- Cobre, magnesio, potasio, vitamina B2, vitamina B12, niacina: contribuyen al funcionamiento normal del sistema nervioso.
- Agua: contribuye a mantener las funciones físicas y cognitivas normales.
- Hierro, zinc: contribuyen a la función cognitiva normal.
Como puede comprobarse, no existe ninguna relación entre el fósforo y la memoria. Es más, es muy revelador fijarse en la palabra que se repite en todas y cada una de las funciones atribuidas a cada nutriente: «normal«. Es decir, la ingesta adecuada de numerosos nutrientes, ayuda al funcionamiento normal del sistema nervioso y el cerebro o, dicho de otra manera, un déficit puede ser peligroso y consumirlos por encima de lo normal, inefectivo (o también peligroso).
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