El riñón es uno de los órganos más importantes ya que se encarga de producir orina. Ello permite limpiar y filtrar la sangre, regula la cantidad de agua y electrolitos (sodio, potasio, cloro y fósforo) permitiendo el control de la presión arterial, regulación del pH, entro otras muchas más funciones.
La insuficiencia renal se produce cuando los riñones no son capaces de filtrar los metabolitos tóxicos y otras sustancias de desecho. En términos médicos se describe como la disminución en el índice de filtrado glomerular.
Dentro de la a insuficiencia renal puede ser agua o crónica. La aguda es de aparición rápida, temporal y reversible. A diferencia de la crónica, ya que persiste en el tiempo, aparece de forma gradual y es permanente.

Esta enfermedad trae como consecuencia la acumulación de líquido y productos de desecho en nuestro organismo; además de dolor en la zona de los riñones. Ello afecta a las funciones y a los principales sistemas corporales comprometiendo:

  • El control de la presión arterial
  • Producción de glóbulos rojos
  • Vitamina D y salud ósea

La insuficiencia renal necesita un tratamiento médico impuesto por los nefrólogos junto con un buen plan nutricional ya que deberemos limitar alimentos ricos en potasio, sodio y fósforo.
El potasio lo podemos encontrar en gran cantidad en alimentos como el tomate triturado, espinacas, puerro, brócoli, coles, remolacha, calabaza, etc.
¿Ello quiere decir que jamás podremos consumir estos alimentos? Tranquilidad que no. Podemos disminuir la cantidad de potasio de los alimentos de las siguientes formas:

  1. Usar verduras congeladas porque tienen menor contenido de potasio
  2. Desalar los vegetales enlatados
  3. Cocinar frutas y verduras en conserva
  4. Evitar los caldos vegetales procesados
  5. Retirar el agua de cocción
  6. Trocear mucho el alimento
  7. No tomar el agua de hervir las verduras
  8. Emplear técnicas culinarias recomendadas como remojar 12 horas antes los alimentos


Continuamos con el sodio, este electrolito lo encontramos en quesos, aceitunas, salsas, salazones, conservas, embutidos. Es muy habitual que esté presente en alimentos procesados, que además suelen llevar grasas saturadas. Por tanto, ya no solo por motivo de la propia enfermedad renal sino por mejorar nuestra salud es recomendable evitar este tipo de alimentos.
 
El fósforo en cambios se encuentra en gran cantidad en nueces, cacahuetes, moluscos, legumbres, cereales integrales, etc. Por tanto, para poder consumir este tipo de alimentos tendremos que estar muy atentos a su forma de cocinado para que sean seguros.
Todo ello no va a hacer que nuestra enfermedad renal desaparezca solo con la alimentación. El vital el tratamiento médico y junto con el control nutricional mejoraremos mucho los síntomas que nos puede ocasionar.

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