En muchas ocasiones la presión social sobre las personas que no se adaptan a los cánones de belleza vigentes, hace que muchas personas se sientan presionadas a adelgazar.
Esta presión es constante. Anuncios sobre productos para adelgazar, nos presentan a modelos que no necesitan perder ni un solo gramo y además promueven la pérdida de peso en un tiempo record y sin esfuerzo. Las personas que adquieren ese producto, cuando ven que no pierden peso a la velocidad que les prometían, no piensan que es que el producto realmente no funciona o que no dejan clara la forma en que hay que usarlo para perder peso, sino que se menoscaba su autoestima pensando que el problema está dentro de ellos.
Aceptarse a uno mismo y ser realista es primordial antes de hacer dieta.
Hay que aprender a aceptarse a uno mismo. Está claro, que por motivos de salud o de estética, podamos querer perder peso, pero debemos tener unas expectativas reales sobre cuánto peso podemos o queremos perder, y cuál va a ser el resultado. Es decir, ser realistas en cuanto a la constitución que tenemos. Si tenemos los muslos gordos en proporción al resto del cuerpo, por mucho que adelgacemos, siempre serán más gordos que el resto de nuestro cuerpo… quizá se puedan modelar algo con ejercicio, pero hay que tener presente que no siempre perder peso es la manera de llegar al cuerpo que deseamos. Es muy importante tener en cuenta nuestra genética, que es quién va a marcar los límites entre lo que podemos conseguir y lo que no.
Un reciente estudio de la revista TIME, desvela que cuando mantenemos una actitud positiva hacia nuestra apariencia física, tenemos un 12% más de posibilidades de adelgazar. Pensamientos cotidianos que tienen muchas personas como “estoy como una vaca”, son muy comunes, tanto que 7 de cada 10 mujeres se refieren a sí mismas con formas negativas en torno a su figura. Aprende a quererte tal y como eres. No te maltrates a ti misma.
La mayoría de las mujeres, tienen una visión distorsionada sobre sí mismas, se ven más feas y gordas de lo que son en realidad. ¿Vas a tomar conciencia de una vez de lo hermosa que eres y vas a dejar de machacarte por no parecerte a otras? Ese es el punto de partida, aceptarte, quererte y ser realista con el objetivo que te has marcado.
Debes perder peso solo por ti.
El único motivo que debes tener en cuenta a la hora de ponerte a dieta, es que eres TÚ quien quiere perder peso. Ya sea por motivos de salud o estéticos, la motivación debes encontrarla en tu interior y no hacerlo para gustar a otros o por algún comentario que alguien te ha hecho respecto a tu imagen. Esta es la única manera de que nos mantengamos suficientemente motivados para mantenernos firmes y no abandonar la dieta hasta que alcancemos nuestro objetivo y que una vez terminada la dieta no volvamos a recuperar el peso perdido.
Es entonces, cuando cambias de actitud y poco a poco vas haciendo los pequeños cambios en tu estilo de vida que harán que lleves una vida más saludable y pierdas peso casi sin darte cuenta.
No sigas dietas extremas ni demasiado rígidas porque no podrás mantenerlas después
Cuando decidas comenzar un régimen para perder peso, debes tener en cuenta que una vez que pierdas el peso que te sobra, deberás mantener algunos cambios en tu vida, ya que de lo contrario, volverás a recuperar el peso perdido en pocas semanas. Por lo tanto, si eliges dietas extremas, que sean muy diferentes de tu alimentación habitual, menos realista será la posibilidad de que la puedas mantener con el paso del tiempo y la abandonarás muy pronto. Por eso es tan importante consultar a un nutricionista que son los profesionales que están especializados en estos temas. El médico de cabecera o el endocrino, lo que hacen es darte una dieta estándar de 1200 calorías aproximadamente, que es lo mismo para todas las personas que le dicen que quiere adelgazar. Sin embargo, un nutricionista, te elaborará un plan a medida incluyendo los alimentos que te gustan para que puedas mantener tu nuevo estilo de alimentación en los meses y años sucesivos.
Afronta el hecho de hacer dieta, de forma positiva.
Piensa que haces dieta porque eres tú la persona que quiere hacerla. Que vas a dejar de comer ciertos alimentos con tanta frecuencia o no comerlos durante una temporada, porque eres tú quien lo ha decidido. Si además realizas algún ejercicio físico, éste te ayudará a perder peso más rápido y además a que te sientas mejor, ya que mientras que se realiza ejercicio físico se liberan endorfinas y catecolaminas que hacen que nos sintamos bien, con lo que estarás de mejor humor, por un lado porque se liberan estas sustancias y por el otro porque la pérdida de peso será más rápida que si no haces ejercicio.
Valora cada pequeño avance que vayas realizando.
Reconócete cada día que hayas conseguido no saltarte la dieta, y valora la fuerza de voluntad que has tenido. También es muy importante que valores cada gramo que vayas perdiendo, porque es la recompensa a tu esfuerzo.
A veces ayuda el hacerse una gráfica con el peso que vamos perdiendo para poder visualizar que nuestro objetivo está más cerca cada vez.
Cada esfuerzo que realices, no lo tomes como un castigo, por mucho que a veces te lo parezca, debes tomártelo como el camino que tú has elegido para llegar a una meta de vida sana que has elegido TU.