alimentos-neveraUno de los principales problemas que tenemos cuando intentamos hacer dieta o comer de manera más saludable es que muchas veces, ante un ataque de hambre podemos acabar engullendo con ansiedad lo primero que nos encontramos en la nevera. Si quieres adelgazar, evita estos alimentos en tu nevera.

Aunque estemos haciendo las 5 comidas diarias recomendadas, a veces, tenemos ataques de hambre. Ante estos ataques de hambre en los que muchas veces se come con mucha ansiedad, lo mejor es recurrir a alimentos saludables, saciantes y bajos en calorías, como podrían ser yogures, frutas, quesos desnatados, postres dietéticos 0%, zumos sin azúcar o por qué no… tomar un buen vaso de agua, y si seguimos teniendo hambre, intentar decantarnos por alguno de estos alimentos sanos.

Pero es muy difícil decantarse por un yogurt, cuando abrimos la nevera y nos encontramos con ciertos alimentos con grasas y azúcares que son lo que realmente nos pide el cuerpo en esos momentos. Por eso, lo más recomendable, es quitarlos de la nevera… para que en esos momentos, no nos los encontremos y nos resulte más fácil no caer en la tentación.

Leche entera. Un vaso de leche entera tiene 136 calorías, mientras que uno de leche desnatada tiene tan solo 72 y 98 si es semidesnatada. Intenta pasarte a los lácteos desnatados ya que una vez que te acostumbras al sabor, te quitas muchas calorías en tu ingesta diaria. Además, es que la grasa que nos ahorramos es precisamente grasa saturada de la que debemos huir en la medida de lo posible.

Quesos grasos. Los quesos, son por decirlo de alguna manera leche entera concentrada. Cuanto más curado esté un queso, más materia grasa suele tener. Hay que intentar decantarse por quesos frescos como el queso de Burgos, el queso blanco desnatado o los tipo Sveltesse e intentar evitar los demás, sobretodo, hay que tener mucho cuidado con el que usamos en los sándwiches, el queso de sándwich suele ser muy graso para que funda bien, con lo que tenemos que intentar utilizar uno que sea bajo en calorías.

La mantequilla y la margarina. Está claro que si queremos perder peso, una de las primeras cosas que debemos evitar, es la mantequilla o margarina. Además es que están formadas por grasas trans, que son uno de las principales causas de enfermedades cardiovasculares. Si no puedes pasarte sin ella, intenta utilizar una que sea baja en calorías y mejor aún que no tenga grasas trans o hidrogenadas.

Salsa de soja. Si se consume, hay que hacerlo con moderación ya que tienen un alto contenido en sal que además de hacer que retengamos líquidos puede producir un aumento de la presión sanguínea. Podemos encontrar en el mercado, salsas de soja bajas en sodio.

Mayonesa. Tampoco es muy recomendable tomar mayonesa mientras que hacemos dieta, ya que tiene un alto contenido en grasa y muchas calorías. Podemos decantarnos por una light, pero de forma muy ocasional.

Salsas para ensaladas. Es muy común ponerse a dieta y empezar a comer ensaladas. Para hacerlas más apetitosas, se utilizan aderezos que pueden hacer que nuestra ensalada, tenga las mismas calorías que una hamburguesa. Hay que intentar prescindir de ellos temporalmente y aderezar las ensaladas con una cucharadita de aceite de oliva y vinagre o limón. Se pueden utilizar otras especias para darle más sabor, pero hay que intentar no añadirle grasas.

Refrescos azucarados. Si se toman hay que intentar que sean light y con moderación. Beber grandes cantidades de bebidas de cola pueden producir problemas musculares, debilidad ósea y alteraciones en el ritmo cardíaco .

Embutidos. Suelen tener mucha grasa. La mortadela, choped, salami, salchichón o chorizo… debemos olvidarlos por una temporada. Podemos tomar jamón serrano (sin la grasa), jamón york, lomo embuchado (sin grasa) o pechuga de pavo.

Cerveza. Hay estudios que demuestran que la cerveza tiene multitud de beneficios para nuestra salud, tomada, claro está con moderación, pero tiene muchas calorías en forma de hidratos de carbono y además alcohol que añade calorías vacías aunque se trate de cerveza light.

Pan blanco. Hay que intentar pasarse al pan integral. El pan blanco, tiene carbohidratos refinados que hacen que el nivel de glucosa en sangre aumente de forma muy brusca. Es mejor el pan integral que nuestro organismo digiere más lentamente ayudando a estabilizar los niveles de azúcar en sangre y facilitando la digestión gracias a la fibra.

Zumos industriales. Hay que tener mucho cuidado con los que tienen azúcares añadidos, porque aportan muchas calorías. Cuando los compres, asegúrate que son sin azúcares añadidos o edulcorados.

 

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