Hay muchas personas que estando a dieta o no, sienten un hambre voraz que es difícil de calmar. Ponerse a dieta para esas personas es un auténtico suplicio. Se ha descubierto que el extracto de espinacas, podría ser la solución para estas personas.
Hay personas que tienen un desequilibrio entre las hormonas que regulan el apetito y esto les hace tener hambre constantemente. Son la Ghrelina y la Leptina. La primera es la hormona que controla la sensación de hambre y la segunda la de saciedad.
La Ghrelina, también se conoce como hormona del crecimiento se sintetiza fundamentalmente en el estómago y favorece la regulación del metabolismo energético. Cuando se segrega en exceso, se tiene más hambre de la cuenta ya que estimula unas hormonas hipotalámicas que aumentan la sensación de apetito, pero además aumenta el peso corporal y la adiposidad.
Cuando comemos, y se van absorbiendo los alimentos en el intestino, los adipocitos van liberando la Leptina, pero si la digestión se hace muy rápidamente, en seguida se pondrá en marcha otra vez el mecanismo del hambre.
Una investigación desarrollada en la Universidad de Lund en Suecia, ha obtenido efectos muy prometedores con el extracto de espinacas para reducir de forma muy eficaz la sensación de hambre.
La investigación la ha llevado a cabo la investigadora de medicina nutricional Charlotte Erlanson-Albertsson que buscaba la manera de reducir la velocidad en el proceso de la digestión para evitar que se cortara la producción de Leptina y que no desapareciese la sensación de saciedad tan pronto después de comer.
Su investigación se basó en que nuestro organismo tiende a utilizar para la digestión solamente la parte superior del intestino, por lo que las hormonas responsables de la sensación de saciedad, no son liberadas en cantidades suficientes.
Lo que Erlanson-Albertsson estaba buscando era conseguir que la digestión de las grasas se ralentizase y así, los adipocitos estuvieran más tiempo segregando leptina.
Ella era especialista en moléculas sintéticas y le pidió ayuda a su marido que se especializaba en la fotosíntesis y fue el quién que le sugirió utilizar los tilacoides según ella misma ha comunicado.
Los tilacoides, que forman las membranas de las hojas verdes, disminuyen la velocidad en la digestión de los lípidos, y de esa manera se consigue que trabaje todo el intestino y se difundan más cantidades de hormonas de la saciedad. Se eligieron las espinacas, como fuente para obtener los tilacoides, pero no basta sólo con comerlas, hay que molerlas, filtrarlas y centrifugarlas para liberar los tilacoides de las células de la planta ya que nuestro organismo no puede separarlos de las espinacas cuando las ingerimos.
El estudio aún está en fases muy iniciales, pero de las quince personas que se sometieron al estudio inicial, las quince encontraron mucho más fácil limitar la ingesta y observaron que su sensación de apetito prácticamente desapareció entre las comidas, frente a las personas a las que se suministró otra sustancia que no la sintió reducida en absoluto.
Los tilacoides de las espinacas contienen multitud de sustancias y aún hay que evaluar cuáles son útiles y cuáles no, pero al menos, la investigación para controlar el hambre en las personas que no pueden evitar comer en exceso, o para las personas que quieren perder algunos kilos y ponerse a dieta es un auténtico suplicio las dietas serán más fáciles de seguir en un futuro muy próximo.
Si quieres información sobre cualquiera de nuestros tratamientos para perder peso, puedes pedir información sin compromiso rellenando este formulario de contacto y aprovecha las excelentes posibilidades de financiación que ofrecemos. También puedes contactar con nosotros en el 91.737.70.70 o en consultas@imeo.es