Aunque no lo creas, saltarte comidas puede hacer que engordes en lugar de ayudarte a adelgazar.
Mucha gente piensa, que para adelgazar, lo mejor es dejar de comer o saltarse alguna comida, pensando que así, si ingiere menos calorías, perderá peso, pero es un error muy peligroso y que puede llevarnos a engordar incluso más.
Todos los nutricionistas recomiendan que para bajar de peso, lo mejor es distribuir la las calorías diarias necesarias divididas en cinco comidas de forma que aportemos al organismo energía de forma periódica, para que de esta forma, se acelere el metabolismo incrementándose el gasto calórico y minimizando el almacenamiento de grasas, ya que si tenemos al organismo constantemente alimentado, percibirá que no necesita almacenar nada ya que nunca se encuentra en estado de hambre prolongada.
Consecuencias de saltarse comidas.
Metabolismo lento: ante la falta de alimento, el cerebro, que no sabe, cuánto tiempo estará sin comer ni cuántas veces se producirá la misma situación, ante la agresión que supone para él pasar hambre, comienza una serie de mecanismos para estar preparado para afrontar ese contratiempo la próxima vez que se produzca.
De este modo, por un lado, el metabolismo se ralentiza, gastando menos energía y por el otro, la siguiente comida que hagas, tu organismo intentará almacenar la mayor cantidad posible de la misma en forma de grasa para ir acumulando reservas con las que solucionar el problema la próxima vez.
Cambios hormonales: ante la falta de alimento, los niveles de insulina se disparan, intentando digerir al máximo los azúcares que pueda haber aún en sangre haciendo que haya una caída en picado de los mismos cosa que nos afecta de forma evidente. Podemos sentirnos mareados, y con dificultad para concentrarnos.
Otra de las consecuencias de esto es que se elevan los niveles de cortisona que interviene entre otras cosas en el metabolismo de los carbohidratos, para que en la próxima ingesta, se pueda almacenar la mayor cantidad posible de los mismos. Por lo tanto, en una fase inicial, si pasamos muchas horas con hambre, en la siguiente comida que hagamos, nuestro cuerpo almacenará más cantidad de hidratos de carbono en forma de grasas ya que esa es una de las misiones de la cortisona.
Cambios de humor: aparte de por la incomodidad que supone tener hambre, se producen estos cambios de humor por los cambios en los niveles hormonales que se producen.
Cambios en los pensamientos: estos mismos cambios hormonales, también afectan a tu estado emocional, haciendo que puedas estar depresivo y que poco a poco llegues a saltarte cada vez más comidas agravando mucho el cuadro de depresión.
Atracones: debido a la prolongación del estado de hambre, puede llegar un momento en que arramplemos con lo que ese nos ponga por delante, o bien que nos peguemos un atracón en la siguiente comida que hagamos, cosa que nos perjudica doblemente, porque recordemos que nuestro cuerpo intentará almacenar todo lo que pueda…. Así que por un lado estaremos comiendo lo que no debemos y nuestro cuerpo almacenándolo todo.
Cetosis: es un estado que se produce ante la falta de azúcares e hidratos de carbono y que aunque hay dietas que se basan en conseguir este estado para perder peso, ya que es en ese momento cuando el organismo quema las grasas para conseguir energía, es una situación que sobrecarga de manera muy importante los riñones y que además puede producirte fatiga, náuseas, estreñimiento y tensión baja. Si además esta situación se prolonga en el tiempo, el metabolismo se ralentiza haciendo la quema de calorías mucho más lenta.
Distribuye tu alimentación en cinco comidas al día, procurando introducir los alimentos con hidratos de carbono a primeras horas del día, para que el cuerpo vaya gastando la energía a medida que la necesita y los alimentos proteicos por la tarde, pero nunca pases muchos periodos de tiempo con sensación de hambre.
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