Los masajes reductores son una ayuda estupenda a adelgazar que, mientras que estamos haciendo dieta pueden ayudarnos a llegar a nuestra meta mucho antes. Aunque no siempre reducir volumen supone adelgazar en la báscula.
Las técnicas usadas en los masajes reductores ayudan a intensificar la circulación sanguínea que reactiva el metabolismo local y moviliza los líquidos intracelulares y las grasas de forma que el cuerpo las asimile y elimine de forma adecuada.
Los movimientos que se realizan en estos masajes, ayudan a disolver el tejido adiposo en las zonas en las que existe grasa acumulada. Este proceso es mucho más rápido en los hombres que en las mujeres, ya las mujeres tienen una capa de grasa más gruesa que los hombres y que es más rebelde costando más trabajo eliminarla.
Las técnicas o movimientos de los masajes reductores son
Amasamiento. Consiste en un trabajo profundo sobre las fibras musculares en el que se elevan y comprimen de forma que se estimula el aparato neuromuscular.
Pinzamiento. Al pinzar una zona y soltar, se favorece la circulación y nutrición muscular. Es como cuando apretamos repetidamente una esponja bajo el agua. Se realiza dando pequeños golpecitos en las zonas en las que queremos bajar de grasa.
Roce. Es una fricción que se realiza sobre los acúmulos de grasa, en varias direcciones para activar la zona y movilizar los líquidos intersticiales del tejido así como la grasa acumulada.
Vibraciones. Se realiza bien con movimientos de percusión muy rápidos de las manos, o bien utilizando aparatología específica para ellos com podrían ser los ultrasonidos que veremos más adelante.
Estos movimientos, realizados en el orden y dirección adecuados, producen una movilización de las sustancias retenidas en los tejidos que hacen que se tenga más volumen y por ende, nos haga estar más gordos.
Aparatología para masajes reductores.
Si estos movimientos se realizan además ayudándose de aparatología específica para ello, los resultados son espectaculares.
Velasmooth.
Combina el masaje con radiofrecuencia bipolar y luz infrarroja.
Con la radiofrecuencia bipolar, se produce un calentamiento en las zonas profundas de la dermis que estimula el metabolismo tisular gracias al cual, se produce un gran efecto lipolítico. Además estimula los fibroblastos presentes en el tejido para producir colágeno y elastina lo que produce una reafirmación en el tejido. Todo este proceso, se ve ayudado además por la luz infrarroja que facilita la activación celular y la reabsorción de líquido extracelular de los tejidos, y mejora el aporte de oxígeno a los tejidos al favorecer el intercambio celular.
Además el aparato produce una succión que aumenta el flujo sanguíneo y linfático que fomenta la eliminación rápida de todos los residuos y ayudando a desplegar los planos cutáneos y subcutáneos para obtener unos resultado más satisfactorios.
Este tratamiento es ideal en caso de celulitis.
Ultrasonidos.
Se basa en una vibración sonora de frecuencia muy alta imperceptible para el oído humano. Son oscilaciones de onda mecánicas cuyas frecuencias superan los 20 KHz. Los ultrasonidos actúan llevando calor a las capas más profundas de la piel que incrementan el metabolismo celular y mejoran la circulación sanguínea. Además aumenta la permeabilidad de las membranas celulares lo que es de gran ayuda a la hora de que las células eliminen las toxinas que tienen acumuladas y por tanto reduzcan su volumen.
Estimulación bioeléctrica o Ultraset Ross
Es un equipo que se basa también en los ultrasonidos. Produce micro-vibraciones ultrasónicas que proporcionan un micromasaje a nivel tisular, es decir en el tejido que gracias a el aumento de calor local que provoca, activa los procesos metabólicos dándoles un aporte extra de vitalidad a los tejidos. Además tiene un distinto quit de aplicadores para trabajar de manera específica cada zona corporal o facial
Indiba, sistema Deep Beauty.
La base del funcionamiento del Indiba es una energía fría de alta frecuencia que produce una reacción en el organismo aumentando el calor local. Ese aumento del calor local se produce a un aumento muy grande del metabolismo celular que realiza el cuerpo para defenderse de la agresión que para el supone la aplicación del frío. Es lo que comúnmente se conoce como crioterapia.
Ese aumento de la temperatura se produce desde el interior del tejido hacia el exterior, lo que moviliza todas las toxinas y grasa acumulada para que el organismo pueda procesarlas y expulsarlas más fácilmente.
Presoterapia.
Es la forma más fácil de eliminar grasas y toxinas de nuestro cuerpo sin esfuerzo alguno. Es un tratamiento que utiliza la presión de aire y la succión, para realizar un masaje linfático en la zona de las piernas y caderas principalmente. Entre los beneficios de la presoterapia destaca la reducción de la hinchazón o edemas, corrección de ciertas alteraciones en el retorno venoso y posibilidad de reducir la celulitis. Gracias a la presión y succión se realiza un drenado de la zona estimulando el sistema circulatorio y linfático que ayuda a llevar todo el líquido intersticial sobrante y la grasa localizada en los adipocitos a las zonas en las que el cuerpo elimina este tipo de subproductos celulares de forma que podemos reducir volumen de la forma más cómoda posible.
Hidroterapia.
Se basa en la estimulación de los tejidos gracias al agua a distintas presiones y temperaturas que facilita la eliminación de ese líquido acumulado en los tejidos.
Todos estos tratamientos, además activan la circulación sanguínea, por lo que sus efectos siguen produciéndose en los días siguientes a realizarnos la sesión.
La idea de los masajes reductores es diluir el tejido adiposo de forma que el organismo pueda eliminarlo de forma más eficiente a través del aparato digestivo, en forma de sudoración o por la orina. Es posible disminuir hasta dos centímetros de volumen en una sola sesión que dura unas dos o tres horas, y en unas diez sesiones podemos llegar a perder entre 10 y 12 centímetros.
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