Hoy os quiero compartir una receta de tarta queso que nos enseñó nuestra compañera de prácticas Beatriz. No es para tomarla todos los días, pero no tiene azúcar añadido y la grasa que contiene es predominantemente saludable.
- Para preparar la base, vamos a prescindir de la típica galleta y mantequilla. La prepararemos mezclando frutos secos triturados (almendras, nueces, avellanas) con aceite de coco. Obviamente la consistencia no es como la de la galleta, pero si la ponemos en la base de nuestro molde aguantará.
- Para preparar la masa mezclamos una tarrina de philadelphia (puede ser normal o light, dependiendo de si queremos más o menos calorías) y lo mezclaremos con claras de huevo (2 para un tamaño medio, hasta 4 si queremos hacer una tarta grande). Para hacerla más consistente, Beatriz añadió medio bote de nata para cocinar, pero si queremos reducir más las calorías podemos añadir queso fresco o queso batido desnatado.
- El toque dulce se lo daremos con un poco de stevia que añadimos a la mezcla anterior. En Imeo la tomamos sin mermelada, pero si queremos que sepa menos a queso y más a fruta podemos añadirle frutos rojos triturados.
- Recomendamos añadir una cucharada de levadura para que suba bien en el horno.
- Se puede añadir también rayadura de naranja o limón si nos gusta o esencia de vainilla y canela.
Con todo mezclado, lo vertemos en el molde con nuestra base de frutos secos, y lo meteremos al horno. Podemos engrasar el molde con aceite de coco (en lugar de con mantequilla) para que luego no nos cueste separarla.
Se recomienda precalentar el horno a 160º unos 10-15 minutos. Después la hornearemos unos 40-50 minutos a 200º aprox. (dependiendo de la potencia del horno). Y por último, la enfríamos en la nevera para que adquiera la consistencia final. Y LISTO, postre rico, razonablemente saludable y no excesivamente calórico.