La Diabulimia, es un trastorno alimentario que padecen las personas diabéticas. Es un concepto reciente que se ha acuñado en el ámbito médico para designar una patología que cada vez tiene más incidencia en nuestra sociedad. Está íntimamente relacionada con la bulimia.¿Qué es exactamente la diabulimia?
Se trata de una versión particular de la ya conocida bulimia. En este caso, la persona que la sufre, tiene otra complicación asociada: la diabetes. La Diabulimia, es una respuesta patológica que las personas con trastornos alimenticios dan al diagnóstico de diabetes. La necesidad de controlar los niveles de glucosa mediante la ingestión de insulina, empuja a los pacientes diabétidos a buscar formas alternativas para controlar los efectos que la insulina puede tener sobre su peso, y así optan por omitir la insulina.
Recordemos que la insulina es necesaria para que los diabéticos puedan metabolizar la glucosa presente en los alimentos, fuente de energía para todas las células del cuerpo. Pues bien, si los diabéticos no toman insulina, no pueden procesar el azúcar procedente de los hidratos de carbono que han ingerido, y de esta forma, sería como si no los hubieran ingerido intentando con ello, perder peso. Pero el problema está en que esa glucosa, que no penetra en las células al faltar la insulina, se queda en la sangre, provocando un exceso de glucosa llamada hiperglicemia que puede tener consecuencias fatales.
¿Quién la padece?
Las autoridades sanitarias del Reino Unido alertan de la alarmante popularidad que dicha práctica experimenta en la franja más joven de los enfermos de diabetes. Un alto porcentaje de los diabulímicos se correspondería con el siguiente perfil: mujer, joven, de entre 15 y 30 años, con una clara preocupación por ser aceptada. Según los expertos, esta enfermedad, calificada por muchos como trastorno mental, es más frecuente entre pacientes de diabetes de tipo 1. El cuerpo no puede producir su propia insulina para controlar el nivel de glucosa en sangre, por lo que es necesario proporcionársela artificialmente. Desde el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido se estima que en los últimos 12 meses se han registrado 8000 ingresos hospitalarios por cuadros relacionados con esta patología alimenticia.
¿Cuáles son sus consecuencias?
Al tomar menos insulina, los enfermos consiguen reducir la cantidad de comida que necesita su organismo. Sin embargo, las consecuencias de la diabulimia pueden ser fatales. Entre las más destacables está el desarrollo de cetoacidosis diabética. Al no haber glucosa disponible, se metaboliza la grasa en su lugar, aumentando el riesgo de que las cetonas (ácidos que la descomponen) se acumulen en la sangre y la orina, aumentando su toxicidad. Otros efectos secundarios son la pérdida de visión, el daño renal e, incluso, la muerte. Desde la Fundación Diabéticos con Trastornos de la Alimentación (DWED) se ha lanzado una campaña para la concienciación sobre esta patología emergente.
Si se quiere perder peso, lo más recomendable es ponerse en manos de un experto, sobre todo si se padecen patologías asociadas que pueden dificultar o ralentizar la pérdida de peso. Si se hacen regímenes demasiado severos o desequilibrados, podemos dañar nuestro sistema hormonal y hacer que cada vez sea más difícil quitarse los kilos de encima.
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