Cuando llega el verano aumenta la preocupación por la imagen corporal. Llegado este momento nos entran las prisas por conseguir unos cambios drásticos y para conseguirlos nos ponemos una metas muy altas, poco exactas y poco realistas. Por lo tanto fracasaremos en conseguir nuestras metas y se deteriorará nuestra capacidad autopercibida para lograrlo en esta y sucesivas ocasiones.
Para prevenir esto debemos trabajar todo el año nuestra autoimagen corporal, ¿cómo?
A nivel conductual debemos evitar hacer lo siguiente:
- Compararnos con los demás y escudriñarlos. Obviamente nos comparamos con aquellos que consideremos que están mejor que nosotros lo que nos llevará a deteriorar nuestra ya dañada autoimagen.
- Comprobar constantemente nuestra apariencia en cualquier superficie reflejante o espejo.
- Evitar mirarse al espejo o verse en foto.
- Camuflar con ropas, cambiando de posición, tapándonos con la mano o con sombreros.
- Recurrir a la cirugía plástica como primera alternativa de solución.
- Pesarse compulsivamente.
- Hacer preguntas de comprobación a quiénes nos rodean sobre nuestro aspecto físico.
Realizar de manera frecuente en el día este tipo de conductas aumenta cada vez más la inseguridad y el desconcierto, esto a su vez aumenta la necesidad de realizar cada vez más estos rituales.
En definitiva, no se trata de no poner atención en nuestro aspecto físico pero sí hacerlo de una manera saludable, para esto debemos:
- Observar nuestro físico por partes, no todo como un conjunto. Habrá partes que no nos gusten pero nuestra piel tiene muchos milímetros y seguro que encontramos algo que no cambiaríamos.
- Definir nuestro/os defecto/os de manera específica, no vale “soy fea/o” o “soy gordo/a” sino “peso 98 kg y me gustaría pesar 70 kg”
- Pensar en por qué nosotros queremos a nuestros allegados, si es por su peso, su pelo, su número de pie o su altura. Para así aceptar que podemos ser queridos sin ser perfectos.
- No confundir lo que pienso con lo que siento, las emociones que sentimos siempre son ciertas pero lo que nos lleva a sentirlas puede no ser una realidad absoluta.
Aceptar nuestro cuerpo y las partes que no nos gustan nos permitirá dejar de “evitar vernos” para poder buscar soluciones que nos hagan sentir mejor. Debemos huir de querer conseguir las cosas con urgencia y dedicar tiempo al logro de querernos y el de aumentar nuestra autoestima.
«El hombre no se ve distorsionado por los acontecimientos, sino por la visión que tiene de ellos» Epicteto.
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