Hay personas que eliminando la retención de líquidos, pueden perder entre una y dos tallas, descubre cómo prevenir la retención de líquidos.
La retención de líquidos es un problema muy común entre las mujeres. Un aumento de peso inexplicable, piernas o manos hinchadas, debilidad, calambres… pueden ser síntomas de retención de líquidos. ¿Qué podemos hacer para evitarla?.
La retención de líquidos, técnicamente llamada edema, se produce cuando el agua que está en la sangre, pasa a los tejidos, almacenándose en los espacios intercelulares a causa de un deficiente funcionamiento del sistema linfático que se encarga de transportar el líquido intercelular con los nutrientes que contiene a la sangre y por otro lado, recoge las moléculas de grasa absorbidas en los capilares linfáticos que se encuentran en el intestino delgado.
Comienza normalmente en las zonas más declives como son los pies o las manos. Acarrea una sensación de pesadez y dolor. Una de las causas más comunes puede ser el calor, por lo que se da más en verano, pero también puede estar causado por el sedentarismo, la hipertensión, la ingesta de determinados medicamentos adiuréticos, una mala circulación o el excesivo consumo de sal en la dieta. También existe otro tipo de edema fisiológico que se produce durante la gestación, premenstruación y menopausia. Es muy común entre las mujeres que en la fase premenstrual tengamos una moderada a severa retención de líquidos, según los casos.
¿Qué estrategia podemos seguir para reducir la retención de líquidos?
Lo más importante, es consumir alimentos que estimulen la diuresis, es decir, que nos hagan orinar con más frecuencia. Los alimentos más diuréticos son las frutas y las verduras que además con su alto contenido en potasio contribuyen sobremanera a regular el nivel de líquidos en el organismo y su reparto equilibrado.
Beber agua de manera regular y abundante es fundamental para reducir la retención de líquidos, contrariamente a lo que se pudiera pensar. Debemos beber diariamente al menos medio litro diario, pero lo aconsejable es alrededor de dos litros (siempre y cuando no tengamos insuficiencia renal). De esta forma, ayudamos a nuestro organismo a expulsar las sustancias disueltas por medio de la orina y conseguiremos depurar nuestro organismo.
Hay que reducir todo lo posible la ingesta de sal en las comidas, hasta donde nuestro paladar nos permita. Debido a que incrementa mucho la presión osmótica, las altas concentraciones de sal en sangre, producen un extravasamiento de líquido al espacio intercelular y produce un edema considerable. Además debemos tener en cuenta que los alimentos ya tienen una concentración natural de sal, por lo que debemos intentar reducirla en la dieta lo máximo posible.
Podemos consumir alimentos que estimulan de forma natural la diuresis. Estos alimentos son, el vinagre de manzana, la alcachofa, la avena, la sandía, los espárragos, la hoja de diente de león, el té verde, el hinojo, el perejil, el zumo de arándano, el rábano y distintos condimentos como la nuez moscada, el orégano o el pimentón dulce.
Existen otros alimentos vegetales que generan acciones metabólicas que están en íntima relación con la diuresis directa, como es el caso de la remolacha que remueve los depósitos adiposos, las coles de Bruselas que estimulan a los riñones y el páncreas, la zanahoria que ayuda a desengrasas y evacuar desechos, el pepino que interviene en la reducción del ácido úrico o la lechuga y el tomate que tienen sustancias reguladoras del metabolismo y la detoxicación.
Es muy importante reducir al máximo los alimentos precocinados, embutidos y ahumados, carnes rojas, azúcar refinado, conservas enlatadas, quesos curados, bebidas gaseosas con ciclamato de sodio y las sopas deshidratadas que suelen aportar un exceso de sodio.
Por otro lado, son muy apropiados los alimentos ricos en potasio como las patatas, el plátano o el tomate, ya que tiene mucha importancia en el equilibrio hidrolítico y la homeostasis, de cuya estabilidad dependen funciones tan importantes como las funciones vitales básicas del ritmo cardíaco y el transporte de nutrientes.
Una dieta tipo, que fuera apropiada para estimular la diuresis y reducir la retención de líquidos, podría ser:
Un desayuno con un café o te verde, un zumo de piña natural y cereales integrales. A media mañana un tentempié que contenga una ración de fruta de las que hemos comentado que son diuréticas. Para comer, verdura hervida o ensalada cruda y carne, preferiblemente blanca o pescado y de postre queso fresco. Para la cena nuevamente verdura hervida o ensalada y un huevo sin freír, pescado y un yogur descremado de postre.
De forma complementaria a la dieta para reducir la retención de líquidos, sería conveniente una dieta preventiva contra las intolerancias alimentarias, ya que éstas, son muy a menudo las responsables de la retención de líquidos como consecuencia de que el sistema inmunológico puede verse influenciado negativamente por la presencia de determinados alimentos que en nuestro cuerpo se comportan como alérgenos.
Resumiendo, los más importante para prevenir la retención de líquidos es aumentar el consumo de agua, reducir el de sal y consumir alimentos que favorezcan la diuresis. Paralelamente a esto, es muy recomendable realizarse algún tratamiento de drenaje linfático, que podrían ser sesiones de presoterapia, como mecanismo para evacuar impurezas y favorecer la homeostasis de nuestro organismo.
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